martes, 14 de mayo de 2013

PUEBLO = TRANQUILIDAD




Pasar unos días en el pueblo en comparación con vivir en la ciudad es como otro mundo. Porque allí parece que el tiempo se ha paralizado, el reloj es como se tomara un descanso y girara tranquilamente, sin prisa alguna.


Por la mañana la gente de Jaulín es madrugadora puesto que las mujeres van temprano a comprar el pan a la panadería y de paso si es día de Plazoleta como dicen, esto se refiere a venta ambulante , como el lugar donde se ponen a vender su género está de paso en la calle que va a la Panadería, pueden ver si hay algo que les interesa comprar. Los hombres que tienen que ir al campo a hacer alguna labor van hacia sus cocheras a buscar el tractor, para ir a su faena correspondiente. Y otros salen a pasear por la carretera para andar un rato, a medida que avanza la mañana y allá a las doce hay una zona donde la gente mayor se sienta al sol y pasar un rato de charla y alcahueteo puesto que está al lado de la carretera y allí controlan quien entra y sale del pueblo, parecen los vigilantes. Eso sí a la una del mediodía, no queda nadie por la calle la puntualidad es innata a la hora de la comida además de temprana , puesto que en la ciudad se suele comer un poco más tarde. 

Después de comer , no se ve absolutamente a nadie por la calle, es como si se hubiera paralizado el tiempo y a la vez deshabitado . Algún gato perdido que pasa por la calle en dirección a algún sitio , quien sabe dónde. 

A las cuatro vuelve la vida , la gente mayor va al casino a tomar café y a ver los toros si hay en esta ocasión, los chicos se reúnen en el lugar acordado o van de casa en casa a buscar a unos y otros, pasan toda la tarde en la calle hasta las nueve que es la hora de la cena.



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